BALEAS: «HAY COSAS QUE NO SE PUEDEN EXPRESAR EN DOS MINUTOS, SINO EN OCHO»

Aunque Dani Balseiro, Sara Cabaleiro, Adrián Campo, Diego García y María Velasco provenían de diferentes bandas —formaciones en las que llegaron a tocar hardcore, rock progresivo o metal— es en BALEAS donde confluyen ese amplio abanico de influencias en una fusión que ellos mismos definen como brutal pop.
L’appel du vide (2024) es su primer trabajo discográfico, un EP de tres canciones instrumentales con «su historia y su background, que para nosotros está cargado de intensidad, por lo tanto, queremos que la gente la mastique y las digiera en pequeñas porciones».
Foto © Moni Kuti
¿Cómo llegan Dani Balseiro, Sara Cabaleiro, Adrián Campo, Diego García y María Velasco a conformar BALEAS? ¿Cómo surge el grupo?
Diego García: «Todos nos conocíamos, ya sea por tocar juntos o simplemente por formar parte de la escena viguesa. Nos vimos a un lado o al otro de un escenario a lo largo de los años. Adri y yo nos conocemos desde hace veinte años y tocamos juntos en diferentes proyectos. A Dani lo conozco desde hace 12 o 13 años y, tanto con Sara como con María, coincidimos en muchos conciertos. Al final la rueda de la vida nos puso a todos juntos en el mismo lugar.
Sara Cabaleiro: «María y yo nos conocemos desde hace muchos años, estuvimos juntas en otros proyectos que no llegaron a nada por falta de entendimiento entre los miembros y por diferencias musicales. Al final, la rueda de la vida de la que habla Diego, nos hizo por fin coincidir en una banda en la que compartimos valores y gustos musicales, lo que hace que los temas se formen de una manera muy natural en el que todos nos sentimos como “BALEAS” en el agua [risas]».
Según su definición, la ballena es el mayor animal de todos los conocidos, pero ¿qué significa este cetáceo para vosotros como para escogerlo como nombre de la banda?
Diego: «Nos maravilla su majestuosidad, su aparente tranquilidad, la paz que transmiten... Son seres imponentes y con cierto aire solemne, criaturas grandiosas que siempre estuvieron rodeadas de mitos y leyendas».
Sara: «Las ballenas son animales en ocasiones infravalorados, y no todo el mundo es consciente de su importancia para mantener la vida tal y como la conocemos. Nos quisimos caracterizar con ellas también por su noble propósito para con la vida».
Veníais de tocar en otras bandas, ¿de qué manera diríais que influye —y confluye— esta experiencia a la hora de conformar este nuevo proyecto?
Diego: «Creo que la experiencia de tocar en otras bandas es tremendamente importante para el desarrollo de BALEAS; no solo por el hecho de la experiencia en sí, es decir, del aprendizaje técnico o musical que tuviésemos por decirlo de alguna manera, sino más bien por el hecho de que todos queríamos hacer esto en concreto.
Evidentemente nos gusta lo que hicimos o seguimos haciendo con otras bandas, pero en BALEAS ahora mismo se da la situación de que los cinco queremos hacer el mismo tipo de música y tenemos la misma concepción del proyecto en sí. Eso no suele ser común en la mayoría de grupos».
Sara: «El hecho de pasar por varias bandas y otras experiencias hace que, poco a poco, vayas desarrollando un gusto por algún estilo o alguna forma de tocar más específica. Toda esta evolución al largo de los años hace que lleguemos a BALEAS con las ideas más claras de lo que sí queremos hacer y de lo que no. Y que cinco personas coincidan en esto es algo maravilloso».
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Aunque en esas formaciones llegasteis a tocar hardcore, metal o progresivo, el nexo en común de BALEAS es el post-rock y el post-metal... Aun así, os definís como un grupo de brutal pop, ¿por qué este término en particular?
Diego: «No sabría decir si lo que hacemos es post-rock, aunque evidentemente esas son grandes influencias para nosotros, pero en el fondo hay mucho más. Mira a Mogwai, los puedes catalogar dentro del post-rock evidentemente —nadie duda de que están en el top 3 de grandes bandas del género— pero tienen un repertorio lo suficientemente variado que les permitiría, por ejemplo, hacer una gira con The Cure, Placebo o Solstafir y en ningún caso estarían fuera de lugar. Encontrar ese punto en el que tu música pueda convivir con cosas muy diferentes es una meta para nosotros.
Haciendo una retrospectiva de la música que he hecho durante todos estos años, me di cuenta de que, independientemente del estilo (hardcore, metal, rock), todas mis canciones en el fondo tienen una concepción pop. Es decir, siempre intenté que, de algún modo, cada canción al escucharla se quede en tu cabeza en mayor o menor medida; y, si la reduces a un formato acústico de una sola guitarra, por ejemplo, el esqueleto o estructura resultante siga funcionando igual que la canción completa, llegando tu cabeza y quedándose en tu interior. Pero claro, no hago música alegre; lo que hago siempre está cargado de melancolía, nostalgia, rabia, frustración...
Por eso, como definición del estilo que hacemos, diría que somos una banda de brutal pop».
Sara: «Ese término es de Diego y es tan acertado que estuvimos todos de acuerdo en convertirlo en definición de lo que hacemos».
Ahora, sin etiquetas, ¿a qué suena BALEAS?
Diego: «Va a sonar raro pero, sin utilizar etiqueta alguna, diría que BALEAS suena a dulce melancolía con cierto aire de esperanza. Es como ver la lluvia desde tu ventana extrañando el pasado hasta el punto justo en el que empieza a doler, pero sujetando a mano de quien amas».
Sara: «BALEAS suena a recuerdos personales; a esa mezcla de sentimientos que todos vivimos en nuestras vidas. Acordarse de lo bueno sin olvidar lo malo, recalcar lo malo con la esperanza de que todo pasa y vendrá algo mejor».
Mogwai, If These Trees Could Talk o Tides from Nebula son algunos de los nombres que se nos vienen a la cabeza al escucharos, pero ¿quién más diríais que tiene, o tuvo, un especial impacto en vuestra música?
Diego: «Sin duda Russian Circles, Explosions in the Sky, This Will Destroy You y, por supuesto, Brutus».
Sara: «Hablando de grupos nacionales, hay dos que a mí personalmente me hicieron cambiar el chip completamente; son Syberia y Dûrga. Recuerdo escucharlos hace unos años y pensar: “yo quiero hacer esto”, y de repente darme de cuenta que una parte de estos grupos están en BALEAS también».
A finales del noviembre pasado lanzabais L’appel du vide (2024), vuestro primer trabajo discográfico, un EP de tres canciones que empezabais a desvelar tan sólo unos meses antes. ¿Cómo nace la idea de este disco?
Diego: «Llevábamos mucho tiempo trabajando juntos y fuimos creando un buen grupo de temas —nueve o diez canciones listas— pero no queríamos meternos a grabar un disco largo como tal. Haciendo una pequeña analogía, en lugar de dedicarnos a dar vida a un gran árbol, preferimos plantar diferentes plantas; dejando que cada cual crezca y se desarrolle según su propia personalidad. Nuestra intención es la de seguir publicando en pequeños formatos de tres o cuatro temas».
Sara: «Igual que en las galerías de arte cuando vas a una presentación, un artista presenta una pequeña colección para centrar la importancia en el mensaje y en el proceso de creación, más que en la cantidad. Nuestra idea es esta; cada canción tiene su historia y su background, que para nosotros está cargado de intensidad, por lo tanto, queremos que la gente la mastique y las digiera en pequeñas porciones».
«L’appel du vide» se puede traducir como «la llamada del vacío», ¿por qué escoger esta expresión francesa como título?
Diego: «Su significado viene a ser como salto al vacío, esa llamada que sientes cuando estás subido en lo alto de un edificio y algo parece llamarte desde muy abajo, obligándote durante una décima de segundo a pensar en qué pasaría si saltases. Mostrar tu música, hacer públicas tus emociones y sentimientos plasmados en canciones es, al fin y al cabo, un pequeño salto al vacío».
Lo primero que escuchábamos de L’appel du vide fue “Bailan llamas”, ¿qué tiene esta pieza en concreto para que fuese escogida como sencillo adelanto y también como carta de presentación del proyecto?
Diego: «Teniendo en cuenta que nuestros temas están de media por los siete minutos y medio de duración, durante los cuales se van desarrollando en diversas estructuras y fases a lo largo de ese metraje, pensamos que la primera carta de presentación debería ser algo lo más directo posible y no demasiado largo, por eso escogimos “Bailan llamas”. Es más corto y más directo que los demás, con un estilo más agresivo y desgarrado quizás, pero aun así mantiene ciertos aspectos comunes al resto de los temas».
Sara: «Siendo conscientes de cómo es el consumo hoy en día, como dice Diego, queríamos darnos a conocer con algo más directo para que, a quién le gustase este primer acercamiento, se atreviese a indagar más y a descubrir el viaje en el resto de temas».
Abre el EP “Ecaterina”, corte inspirado en Ecaterina Teodoroiu, una soldado rumana que luchó y murió en la Primera Guerra Mundial y, hoy en día, es considerada una heroína en Rumanía. ¿Qué tiene este personaje para llevaros a inspiraros en ella?
Diego: «Todos nuestros temas se basan en un concepto fijo desde el momento mismo de la composición. En este caso elegí ese personaje más como un ideal y no tanto la figura de la persona en sí.
Siendo sincero, la idea que rondaba en mi cabeza siempre fue mi abuela; una mujer que nació en la más absoluta pobreza y peleó cada día contra una vida que nunca le fue justa. Se compuso pensando en todas esas abuelas que nacieron sin nada y tuvieron que luchar sus propias guerras para salir adelante».
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Este tema viene acompañado del poema Nire Aitaren Etxea (A)(Gabriel Aresti, 1963) recitado por Irune Zabaleta a modo de spoken word. ¿Cómo descubristeis esta poesía y que os llevó a incluirla en el tema?
Diego: «Es algo curioso porque conocí ese poema cuando tenía 15 años en clase de literatura. De alguna forma me impactó y, la verdad, es que siempre quise que formase parte de algún tema, pero hasta ahora nunca había sido posible.
Incluyendo el poema quisimos hacer de esta canción una oda a las que luchan batallas diarias, defendiendo sus principios y a sus seres queridos a manos descubiertas. Este tema está profundamente inspirado en el sentimiento que a todos nos une con nuestra tierra, nuestras raíces y nuestra familia».
Nos causa curiosidad el videoclip de este tema, que protagoniza una bailarina de ballet a la que vemos ensayando e interpretando una coreografía. Aunque no faltan momentos delicados en el tema, destaca el contraste entre la fuerza de la música, e incluso del poema, y la suavidad de los movimientos de danza. ¿Era esa la intención o esconde un significado más simbólico?
Diego: «Es totalmente intencionado, puesto que la bailarina siempre está sola y el escenario es una casa abandonada.
El ballet es una disciplina muy exigente que no tolera los errores. Cada suave y ligero movimiento de la bailarina esconde años de preparación, sudor, dolor, sufrimiento, disciplina, frustración... Todo eso debía ir acompañado de una música agresiva y pesada».
“Weltschmerz” es la tercera y última pista del álbum, un término alemán que, literalmente, significa «dolor del mundo» y que está muy asociado al movimiento romántico, tanto en la literatura como en las artes. ¿Es este concepto, esa, digamos, angustia o desasosiego existencial la idea que da unidad al álbum y, más en general, vuestra principal fuente de inspiración?
Diego: «No me atrevería a calificarla como fuente principal de inspiración, aunque entiendo el trasfondo de la pregunta. Como decía antes, al intentar definir nuestra música, evidentemente hay mucha rabia, melancolía y pesadumbre en nuestros temas, pero no es solo eso. Me dolería pensar que eso es lo único que somos capaces de transmitir.
Creo firmemente que a pesar de ese velo de tristeza hay luz. Estoy de acuerdo que no es abundante, es cierto, pero sí que intentamos que haya muchas pinceladas de luminosidad a lo largo de las composiciones.
Por eso, en el videoclip combinamos todas esas imágenes terribles con otras en las que sí es cierto que se ve a un hombre sufrir por todo ello, pero que busca la luz y se reconforta al encontrarla, por muy débil que sea».
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El videoclip se presenta con una cita del historiador de economía y ensayista italiana Carlo Maria Cipolla, conocido, entre otras cosas, por su Teoría de la Estupidez: «Existe una fuerza humana más enérgica que las grandes corporaciones, más poderosa que los estados más fuertes, y más audaz aún que las redes criminales sofisticadas. Esa fuerza es la de la estupidez humana». ¿Lo veis así? ¿Vivimos en un mundo gobernado por la estupidez y, por eso, sin rumbo?
Diego: «Me temo que sí. A mi modo de ver, la “Gran Estupidez” —que es la que engloba egoísmo, ignorancia, maldad, discriminación, disparate, falta de empatía, etc.— es la que rige y dirige nuestro mundo. Quizás para entenderlo debamos hacer un estudio sociológico desde las primeras civilizaciones y encontrar el motivo de nuestro empeño en hacernos daño a nosotros mismos y a los demás.
Dicho esto, creo firmemente en la humanidad, o por lo menos en parte de ella. Me explico; basándonos en pruebas empíricas o simple observación, podríamos admitir sin duda que el ser humano es malvado y estúpido por naturaleza. Ahora bien, cuando miras a un bebé, ¿puedes encontrar maldad o estupidez? ¿Son ambas innatas y, por tanto, inherentes al ser humano? No lo creo. Y volvemos a esos rayos de luz que hablábamos antes, pero el problema aquí es la falta de equilibrio entre la razón y la estupidez. Los malos cuentan con la superioridad numérica».
Los vuestros son temas instrumentales y largos, ¿cómo los construís? ¿Son desarrollos de un único tema o vais tejiendo fragmentos? ¿Qué papel tiene la improvisación en este proceso?
Diego: «A menudo los temas parten de una idea bastante clara; es cierto que alguno cambió docenas de veces antes de decidir que esa era su forma correcta, pero en general todos se mantienen bajo la línea en la que fueron creados. No solemos trabajar demasiado la improvisación, o por lo menos no en el grueso de cada tema, aunque dejamos que la estructura nos vaya llevando por su camino, lo cual acaba repercutiendo en la duración.
Cada uno de nosotros tiene vía libre para dibujar sus líneas y creo que todos lo hacemos manteniendo una visión global de la canción».
Sara: «La mayoría de las variaciones de los temas vienen en los ensayos, porque vamos sintiendo cosas a medida que tocamos, y son nuestros propios cuerpos los que a veces nos piden ir a partes más agresivas o más tranquilas. Hacemos una parte, luego nos miramos y decimos “aquí pide rabia ¿verdad?” Y sacamos toda la rabia».
Portadas sobre fotos de Luján Grassi
Tanto L’appel du vide, como los singles, se presenta con un diseño limpio, cuidado, sobre fotografías de María Luján Grassi. ¿Conectan de algún modo con la música que envuelven? ¿Qué importancia le dais a este aspecto?
Diego: «Para nosotros es muy importante el aspecto gráfico. Desde el principio teníamos muy claro lo que no queríamos en ese aspecto, lo cual es ya un buen punto de partida a la hora de trabajar en una portada, por ejemplo. Cada uno de los temas se acompaña de su propio diseño, además del general que engloba el EP, y todos ellos fueron elegidos específicamente según el concepto de cada tema. Estamos encantados y muy agradecidos de que Luján nos dejase usar sus imágenes y fotografías, es una artista con un gran talento».
Sara: «El diseño es una forma de hacer que el mensaje sea directo. Igual que en las melodías tenemos ese punto pop, visualmente también queremos tener esa parte limpia y cuidada que nos haga fácilmente reconocibles».
Vuestro último lanzamiento es Directo Sesiones Rialto (2024), un álbum grabado en directo en EC Estudios que incluye los tres temas del EP y otros dos, “Hannya” y “Ammil”, no publicados hasta ese momento. ¿Son estas piezas «descartes» de L’appel du vide, formarán parte de vuestro próximo trabajo...?
Diego: «Esos dos temas forman parte del repertorio de BALEAS y en algún momento saldrán publicados. No creemos que ninguno de los temas pueda acabar siendo uno “descarte”, intentamos darle a todos la misma visibilidad. “Ammil”, por ejemplo, forma parte del próximo EP que acabamos de grabar hace unos días y se publicará en breve».
Sara: «Al sacar un EP de tres temas, obviamente no queríamos volver a tocar los mismos tres temas en el directo de Rialto porque no tendría sentido. Queríamos también dar una sorpresa a las personas que empiezan a saber de nosotros y quieren escuchar más. Descarte no existe en el vocabulario de BALEAS, todos los temas tarde o temprano tendrán su lugar».
En una época de cultura del breve y atención dividida ¿cómo describiríais el contexto perfecto para disfrutar de vuestra música? ¿En qué tipo de ambiente, momento o estado de ánimo creéis que se puede conectar más intensamente con vuestros temas?
Diego: «Es cierto que vivimos en un momento en el que la falta de atención es una tónica para cualquier faceta artística y en la música quizás es donde se haga más evidente.
La forma de entender y de consumir música cambió drásticamente en un espacio muy corto de tiempo. Actualmente la inmediatez que se le exige a las canciones se convirtió en una tiranía. Aunque es cierto que en algunos estilos puede funcionar, creemos que es de todo equivocada. En nuestro caso, hacemos canciones de ocho minutos que se van desarrollando lentamente, eso es algo que está fuera del panorama general de la música de consumo generalista actual, pero es nuestra elección, nuestro camino, y creemos firmemente en él. Sabemos perfectamente cuál es nuestro lugar y a qué tipo de gente le puede interesar nuestra música. Todos seguimos escuchando y comprando discos, porque desde siempre disfrutamos ese viaje de 45 minutos que un disco te ofrece.
A riesgo de resultar presuntuoso, diría que nuestra música requiere de cierta atención, o por lo menos sí una disposición para escuchar y dejarse llevar sin prisas. Por lo que tal vez sea más indicada para momentos contemplativos, de introspección o simplemente para ese momento de retiro al final del día».
Sara: «Hoy en día sabemos de sobra que poca gente está dispuesta a escuchar temas tan largos, pero lo hacemos porque es lo que nos gusta, básicamente. Hay cosas que no se pueden expresar en dos minutos, sino en ocho.
Principalmente estos temas los hacemos por y para nosotros, y cabe decir que, hasta ahora, estamos muy contentos con todo lo que estamos haciendo. Al igual que nosotros disfrutamos con esto, también sabemos que hay gente ahí fuera que disfruta de las cosas con calma y sin prisas. Es ahí donde entramos nosotros».
¿Cómo habéis pensado llevar L’appel du vide a los escenarios? ¿Cómo son los conciertos de BALEAS?
Diego: «Sinceramente está resultando complicado conseguir salas en las que poder tocar. Deseamos presentar estos temas en directo, pero actualmente, las pocas salas que programan conciertos tienen cerradas sus agendas durante meses por la altísima demanda de grupos.
Por cierto, ¿os acordáis cuando los grupos podían tocar en una sala sin pagar alquiler por ella? Desde hace tiempo, un concierto para un grupo como nosotros empieza en números rojos antes siquiera de subir al escenario».
Sara: «Cri cri... [risas]».
Siguiendo encima de las tablas, ¿cómo sería el concierto perfecto para BALEAS? ¿Hay algún escenario o lugar dónde soñáis con tocar algún día, por muy inalcanzable que parezca ahora mismo?
Diego: «Lugares como la Gasthius Chapel de Bélgica o el Red Rocks Park de Colorado pertenecen casi más al plano onírico que a la misma realidad y por tanto inalcanzables de ninguna forma. Poder formar parte de las sesiones de KEXP o Audiotree serían sueños hechos realidad y un concierto en el Hard Club de Oporto junto a Brutus y Anathema sería sublime».
¿Cuándo, y dónde, podremos disfrutar de vuestra música en directo?
Diego: «Actualmente estamos hablando con varios grupos gallegos y portugueses para ir cerrando fechas, así que poco a poco irán saliendo cosas».
Sara: «El pasado 21 de febrero, BALEAS se estrenó en Lugo junto a Mano de Piedra».
En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendaríais? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?
Diego: «Al Final Solo Habrá Cenizas de A Coruña, una banda sludge que está pegando muy fuerte y Kalte Sonne de Lugo, un grupo que lleva unos cuantos años recorriendo escenarios y labrándose un nombre y una gran reputación en los círculos del post-rock».
Sara: «BALA, Mano de Piedra, APHONNIC, 2 Sisters, Urko, Lucifèrnaga... todos gallegos y grupazos».
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Diego: «Lo primero que encontraríais serían varios pódcast de historia y ciencia, luego grupos como Glaston, Spanaway, Pillars, Lost in Kiev etc... Por otro lado, a gente tan dispar como Jason Isbell, Nick Cave, Hannia Rani, White Buffalo o Ryan Bingham».
Sara: «En el mío, de todo. Obviando los grupos similares a nuestro estilo (Tides from Nebula, Russian Circles, Brutus...) no me cierro a nada. Puedes encontrar desde Cannibal Corpse a Taylor Swift, pasando por Juan Gabriel, Amaral, o Cala Viento. También son muy fan del heavy de los 80, Judas Priest hasta la muerte».