SANNY: «EXPRESARME A TRAVÉS DE LA MÚSICA ES UNA MANERA DE CANALIZAR CÓMO ME SIENTO»
Creció escuchando música y, tras conocer el piano en su niñez, terminó apostando por la guitarra en su adolescencia; detrás de esa guitarra con la que tantas horas se peleó para aprender a tocarla está Sandra Gómez, Sanny, cantautora viguesa reconocida por la carga emocional de sus canciones y un sonido que bebe del folk-rock norteamericano. Así, su música baila entre referentes clásicos, como los primeros años de Bob Dylan y Bruce Springsteen, y contemporáneos, de la mano de Phoebe Bridgers, Adrianne Lenken, Julia Jacklin o Angie McMahon. Sus letras, escritas casi a corazón abierto, dibujan experiencias que, desde hace más de diez años, comparte en directos íntimos y honestos.
Cuatro años después de su debut discográfico, Sanny nos regalaba Bedroom Folk (2023), un EP de tres pistas «que capturan la esencia más íntima de los temas» en ese tono acústico tan característico... y tan suyo.
Foto © Álex Balea
Detrás de Sanny está Sandra Gómez, cantautora viguesa (moody songwriter para los amigos) quien, ya en el colegio, decía que «quería ser cantante». ¿Cómo recuerdas, pues, tu primer contacto con la música y cómo se fue desarrollando conforme ibas creciendo?
Sanny: «No sería capaz de fijar un momento concreto del que sería mi primer contacto, la verdad. Sé que en mi casa mi padre siempre ponía música y crecí con ella, siempre me gustó canturrear, pero sin ninguna pretensión. Cuando tenía 8 años, fue mi madre la que decidió que probara a ir a clases de piano donde también aprendí algo de solfeo, pero la verdad es que no fue un instrumento con el que conectase mucho o que me inspirara a componer y probar cosas por mi cuenta.
Creo que para mí el detonante fue ver a Avril Lavigne en la televisión, con 11 o 12 años. Conocer a una chica joven que escribía sus canciones sobre cómo se sentía hizo que yo también quisiese hacer lo mismo. Desde entonces fui escribiendo cosas en libretas y empecé a pedirle a mis padres una guitarra. Recuerdo que me compraron la guitarra española más barata que pudimos encontrar, por si acaso esto era algo pasajero, y también de pelearme horas y horas con ella para aprender a tocarla. Y así fue un poco como empezó todo».
Formaste parte de otros pequeños proyectos musicales antes de arriesgarte en solitario, ¿cuál dirías que fue el momento en el que decidiste lanzar este proyecto? ¿Y por qué bautizarlo como «Sanny»?
Sanny: «La verdad es que tampoco fueron tantos... siempre tuve muy claro que yo quería hacer mis canciones. El único grupo con el que estuve fue en la adolescencia, con 15 años o así, en el que básicamente nos juntábamos cuatro amigos para tocar en un local de ensayo. Nos hicimos llamar No Busking; en el repertorio teníamos temas propios, algunos míos, otros con música de ellos a los que yo les ponía letra y un par de versiones de los Strokes y de los Arctic Monkeys. Dimos un único concierto en los Castroconcertos en el que también tocó Stoyka. Después cada uno quería tocar estilos distintos y ahí quedó. Yo continué trabajando en mi repertorio hasta que en 2012 más o menos me decidí a dar mi primero concierto sola.
El tema del nombre no tiene nada de especial... simplemente es como me llamaban mis amigos y empecé a emplearlo como nombre artístico también, supongo que podría haber buscado algo mejor, pero no es algo que se me dé bien».
Foto © Alberto Peláez
La música de Sanny mezcla sonidos del folk norteamericano de los primeros años de Bob Dylan y Bruce Springsteen con letras vistas desde la sensibilidad de compositoras modernas, como Phoebe Bridgers o Sharon Van Etten. Además de estas influencias, ¿quién dirías que tiene, o tuvo, un particular impacto a la hora de entender, y crear, la música?
Sanny: «Además de los que mencionáis, sin duda, pensando en esos primeros años, Paramore y Green Day fueron dos grupos que escuché muchísimo cuando empezaba a componer. Del primero destacaría la influencia de ver la Hayley Williams como frontwoman del proyecto, lo cual fue muy inspirador para mí. Y de Green Day, sobre todo el álbum American Idiot (2004) por su contenido político y social.
A día de hoy, me estoy nutriendo mucho de compositoras contemporáneas entre las que sí destacaría Phoebe Bridgers además de su proyecto boygenius, pero también Adrianne Lenker, Julia Jacklin o Angie McMahon, por mencionar algunas. Comparto con ellas, creo, ese interés por poner el foco en el mensaje de las canciones y emplearlas para conectar con el público hablando desde la experiencia personal».
Hablábamos de folk norteamericano, pero en Sanny también escuchamos indie, country, Americana... dejando de lado las etiquetas, ¿cómo definirías tú tu música?
Sanny: «Me cuesta siempre mucho definir lo que hago, pero me siento cómoda en todos los estilos que mencionáis, siempre intentando aportar algo distintivo. Creo que lo que define mi música es ese tono íntimo de las canciones acompañado de una sonoridad que viene de canalizar mis distintas influencias».
Eres graduada en Lengua y Literatura Inglesas, de hecho, realizaste una estancia en Preston (Reino Unido), donde de día investigabas sobre la música y la sociedad en los EE. UU. y de noche recorrías micros abiertos de los pubs locales. ¿Qué te llevaste en el bolsillo de esta experiencia? ¿Se trasladó de alguna manera a tus composiciones?
Sanny: «Fueron tres meses en los que aprendí mucho. Por una parte, tuve la oportunidad de trabajar con el profesor Will Kaufman, que es experto en la obra de Woody Guthrie, y me permitió llegar a autores y a música del folk americano a los que podría no haber tenido acceso. Él en ese momento estaba trabajando en el uso que Guthrie hace de los espacios geográficos y yo en el paisaje en Springsteen, por lo que fue de mucha ayuda para mi investigación académica también.
A nivel musical, además de haberme nutrido de toda esta investigación, mi paso por los micros abiertos me sirvió para curtirme en el escenario, ya que el público inglés en los pubs era bastante difícil... pero gané mucha confianza, la verdad».
Foto © Álex Balea
Esa investigación que comentamos estaba centrada en el análisis de «cómo las distintas representaciones del paisaje y los espacios en la obra de Springsteen reflejan su (re)visión de la identidad americana». ¿Podrías contarnos algo más sobre ella?
Sanny: «En la investigación analizaba de manera comparada cómo las representaciones que hacía Springsteen de espacios y paisajes se asemejaban a la hecha por otros autores y autoras con anterioridad y que atendían a corrientes ideológicas y estéticas vinculadas a resaltar una serie de valores. Por poner un ejemplo, la representación de la carretera como una vía de escape de la rutina y de las ataduras sociales atiende a una visión romántica que también hacía, por ejemplo, el poeta Walt Whitman.
Hablaba de “(re)visión” de la identidad porque traslada muchas de estas imágenes a su contexto e intenta ampliar y hacer más inclusivo el concepto de lo que se entiende como identidad americana».
En tu caso, ¿afecta tu entorno a la construcción de tu identidad como artista? Y si es así, ¿cómo?
Sanny: «Sí, sin duda. Bueno, supongo que todas las personas estamos atravesadas por los espacios y las redes en las que nos movemos, ¿no? Pero puede que teniendo en cuenta el componente emocional y a veces confesional de mis canciones, esto sea aún más evidente».
Debutas con Loners Downtown (2019), un EP grabado en Estudios Manos (A Coruña) que entrega una impecable mezcla de Americana e indie. ¿Cómo recuerdas la grabación?
Sanny: «Recuerdo que fueron dos días intensos, pero en los que me sentí muy arropada y cómoda trabajando con Jorge Cromo. Mi idea era grabar los temas con voz, guitarra y armónica, y finalmente fuimos añadiendo detalles de percusión y voces. Jorge se implicó mucho en todo el proceso y a día de hoy sigo estando muy contenta con el proceso.
Si bien es cierto que hay detalles que ahora cambiaría, le tengo mucho cariño a las canciones y creo son un buen recuerdo de esos primeros pasos».
Los cinco cortes del álbum exploran la soledad desde distintos puntos de vista, ¿por qué escoger este concepto como protagonista?
Sanny: «En el EP recogí canciones de etapas muy distintas, desde “We are Dust” que había compuesto con 15 años hasta “Comin’ Home” con 23. Al verlos todos juntos, me di cuenta de que el tema de la soledad, tratado desde distintas perspectivas, estaba presente en todas las canciones, así que parecía lo más lógico».
Foto © Álex Balea
Resulta curioso cómo poco después de publicar este trabajo, centrado en la soledad, vivimos un aislamiento autoimpuesto a causa de la pandemia. ¿Cómo lo afrontaste tú? ¿De qué manera afectó a tu proceso creativo?
Sanny: «Para mí fue un punto de inflexión importante. La semana que empezó el confinamiento había empezado a ir a terapia y continué durante esos meses de forma online. Trabajé cuestiones que llevaban enquistadas mucho tiempo y me estaban empezando a afectar emocionalmente. De pronto, el bloqueo creativo que llevaba arrastrando meses cesó y comencé a escribir de nuevo.
Creo que fue también el momento en el que comencé a apostar más por el proyecto».
Compones e interpretas en inglés desde siempre (¡o desde que nosotros sepamos!), ¿por qué?
Sanny: «Pues un poco debido a la música que siempre escuché. Como ya hablábamos, en mi casa se escuchaban Bruce Springsteen, los Creedence, los Beatles... música siempre en inglés. Tenía interés por saber de qué hablaban las canciones y me sentaba a traducirlas con un diccionario antiquísimo que teníamos en casa —seguramente de no haber sido por la música, no me habría decidido por estudiar filología—. Así que cuando empecé a escribir mis canciones, no lo pensé demasiado y lo hice en inglés. Era un reto también porque me permitía ir mejorando en el idioma, y así fui poco a poco.
Ahora mismo creo que ya llegué a encontrar mi sitio “estilo” y mi lenguaje propio dentro del inglés, es decir, las imágenes y palabras que quiero emplear para según lo que quiero transmitir. Me resultaría muy complicado hacerlo de otro modo».
A finales de 2022 publicas “25”, un sencillo grabado por Pablo Iglesias en Radar Estudios en el que cuentas abiertamente sobre tu experiencia luchando contra el estrés y la ansiedad. En tu opinión, ¿cuánta importancia piensas que tiene (o que se le da) la música a la hora de concienciar sobre temas como la salud mental?
Sanny: «Creo que es muy importante hablar de salud mental y pienso que ya se está haciendo, no solo en la música. Lo que creo que hay que trabajar es en esa romantización en la que parece que se cae a veces del artista atormentado.
En mi caso, soy consciente de que bromeo con el tono triste de mis canciones, pero para mí tratar cuestiones ligadas a la salud mental es parte del proceso y si soy capaz de hablar de ellas es porque quiero superarlas».
Con el lanzamiento de “25” estrenabas banda: Denis Carballás (guitarra), Bruno Costas (bajo) y Anxo Paz (batería). ¿Por qué ellos? ¿Qué dirías que aportan, además de lo obvio, a tus directos?
Sanny: «La verdad es que tardé mucho en decidirme a buscar gente por cuestión de inseguridades y experiencias pasadas, pero creo que no pude tomar mejor decisión.
En el caso de Anxo, que es mi pareja, ya habíamos tocado juntos antes y tanto en el EP de Loners Downtown como en los conciertos de presentación me acompañó a la percusión. Con Denis contacté porque sabía que ya había tocado en varios grupos y me gustaba mucho que no tuviese muchos prejuicios a la hora de explorar distintos estilos, además compartíamos gustos musicales semejantes. Como él tocaba con Bruno en The Riggos, lo llamó para que viniese también.
Me ayudaron mucho a trabajar los temas y tuvieron mucha paciencia conmigo, que llevaba muchos años (mal)acostumbrada a hacer las cosas a mi manera al tocar en solitario...».
Meses después te escuchábamos en “Bird in a Cage”, una pieza que descubrimos te acompañaba desde hacía tiempo... pero que hasta ese momento no habías grabado. ¿Por qué?
Sanny: «Compuse “Bird in a Cage” más o menos el año en el que grabé Loners Downtown y como aún estaba muy reciente y, por otra parte, no me encajaba demasiado con la temática del resto de los temas, decidí guardarla para más adelante».
El título está inspirado en The Awakening (Kate Chopin, 1899), novela donde su autora compara la situación de las mujeres de la época victoriana con pájaros enjaulados. ¿Y la letra? ¿Qué, o quién, la inspiró?
Sanny: «La letra nació tras conocer el caso de Juana Rivas, pero no se basa en su historia. Simplemente recuerdo escuchar el caso en las noticias y fue el detonante que hizo que soltase muchas frustraciones que tenía dentro sobre situaciones vividas por mí y por compañeras y amigas de mi entorno. Es una de esas canciones que se escriben en pocas horas, supongo que porque fue fruto de algo que estaba deseando contar y no sabía cómo».
Despedías 2023 con Bedroom Folk (2023), un álbum que bien podríamos describir como «proyecto-convertido-en-EP». ¿Cómo nació, y se desarrolló, la idea?
Sanny: «Fue algo muy poco premeditado. Un día le comenté la idea a Denis de grabar las canciones a modo de “maqueta”, aceptó al momento y a la semana siguiente las grabamos en su casa. Quería tratar de capturar la esencia más íntima de los temas, que quedasen recogidas tal y como las compuse inicialmente antes de trabajarlas con la banda».
Las tres canciones que recoge el EP fueron grabadas en acústico por Denis Carballás (The Riggos) en su habitación —literalmente— tal y como vemos en los vídeos que las acompañan, donde observamos como el Homegrown (2020) de Neil Young está estratégicamente colocado. No creemos en las casualidades, así que… ¿es un easter egg para lo que está por venir?
Sanny: «Pues la verdad es que no [risas]. Sí que es cierto que en los últimos años intenté trabajar más la imagen o línea estética del proyecto tirando de esas influencias del folk americano —aquí tengo que agradecer el grandísimo trabajo de Elena Santiago, encargada del diseño del merchandising y cartelería en alguna ocasión—. Siendo Neil Young una de mis influencias, nos pareció que la portada del Homegrown quedaría bien».
Cierra el disco “Tempest”, único tema inédito donde, en esta ocasión, cantas a las inseguridades, aunque puede vislumbrarse algo de esperanza. Como en “25”, ¿es una letra autobiográfica? En estos casos, ¿componer es para ti una manera de «sanar» heridas?
Sanny: «Sí, de hecho fueron dos canciones que compuse a la vez, en esos meses del confinamiento en los que estaba lidiando con mis traumitas.
Por supuesto que para mí expresarme a través de la música es una manera de canalizar cómo me siento y procesar las cosas que me pasan. Me siento muy afortunada de haber encontrado en las canciones una herramienta con la que expresarme y de que, además, otras personas conecten con ellas».
Despedías 2023 con Bedroom Folk (2023), un álbum que ben poderíamos describilo como «proxecto-convertido-en-EP». Como naceu, e se desenvolveu, a idea?
Sanny: «Foi algo moi pouco premeditado. Un día comenteille a idea a Denis de gravar as cancións a modo de “maqueta”, aceptou ao momento e á semana seguinte gravámolas na súa casa. Quería tratar de capturar a esencia máis íntima dos temas, que quedasen recollidas tal e como as compuxen inicialmente antes de traballalas coa banda».
As tres cancións que recolle o EP foron gravadas en acústico por Denis Carballás (The Riggos) na súa habitación —literalmente— tal e como vemos nos vídeos que as acompañan, onde observamos como o Homegrown (2020) de Neil Young está estratexicamente colocado. Non cremos nas casualidades, así que… é un easter egg para o que está por vir?
Sanny: «Pois a verdade é que non [risos]. Si que é certo que nos últimos anos tentei traballar máis a imaxe ou liña estética do proxecto tirando desas influencias do folk americano —aquí teño que agradecer o grandísimo traballo de Elena Santiago, encargada do deseño do merchandising e carteleiría nalgunha ocasión—. Sendo Neil Young unha das miñas influencias, pareceunos que a portada do Homegrown quedaría ben».
Pecha o disco “Tempest”, único tema inédito onde, desta volta, cantas ás inseguridades, aínda que pode albiscarse algo de esperanza. Como en “25”, é unha letra autobiográfica? Nestes casos, compoñer é para ti un xeito de «sandar» feridas?
Sanny: «Si, de feito foron dúas cancións que compuxen á vez, neses meses do confinamento nos que estaba lidando cos meus traumiñas.
Por suposto que para min expresarme a través da música é un xeito de canalizar como me sinto e procesar as cousas que me acontecen. Síntome moi afortunada de ter atopado nas cancións unha ferramenta coa que expresarme e de que, ademais, outras persoas conecten con elas».
Foto © Álex Balea
Si hay algo que caracteriza tus composiciones, además de la sensibilidad de sus letras, es el sonido acústico en el que vienen envueltas. Cualquiera diría que te sientes más cómoda tocando en un teatro que en un festival delante de un público amplio, ¿es así?
Sanny: «Supongo que mi música, aparte de no ser yo una artista con muchísimo público, tiene un tono intimista que podría no encajar en los “macrofestivales”. Pero hay festivales de formato más reducido o centrados en estilos más específicos en los que podría sentirme cómoda. De todas formas, me encanta tocar en salas de conciertos y, en un futuro, llegar a tocar en un teatro sería una de las cosas que me encantaría hacer».
Has formado parte de varias series acústicas como Calle Sonora, Street On Air, Sofar Sounds (Pontevedra y Oporto) y, el más reciente, En Vilo. ¿Qué papel piensas que tienen estos canales de difusión a la hora de dar a conocer proyectos independientes?
Sanny: «Creo que son de gran ayuda porque permiten llegar a personas a las que igual no llegarías de otro modo. En el caso del Sofar, además, te permite tocar en nuevas ciudades en espacios diversos. Mi experiencia en el Sofar de Oporto, por ejemplo, fue muy especial porque fue mi primera vez en Portugal. El concierto fue en una floristería hermosa y la recepción por parte del público fue muy buena».
La Fábrica de Chocolate, A Casa de Arriba, Kominsky o La Pecera fueron algunos de los locales de la ciudad olívica testigos de tu música en directo, pero si tuvieses que escoger una sala viguesa para actuar, ¿cuál sería y por qué?
Sanny: «Sin ser “sala” al uso, me quedaría con la Casa de Arriba que en los últimos años está siendo mi segunda casa en la ciudad. Allí hice ya varios conciertos que guardo con especial cariño y vi además muchos de otros artistas. Pienso que se crea una atmósfera muy especial en los conciertos y la programación es muy variada».
El próximo sábado 1 de junio subes al escenario de El Contrabajo (Vigo) con «alineación de lujo», acompañada de Mentah y Feed The Pet. ¿Qué puede esperar el público de esta actuación? ¿Cómo son los conciertos de Sanny?
Sanny: «Pues además de ver a Mentah, que es uno de mis grupos gallegos favoritos, y a Feed the Pet, que hacen unas canciones con muchísimo gusto, será seguramente el único concierto que haga este año en Vigo con la banda al completo.
En los directos con el grupo los temas ganan una sonoridad distinta, aunque siempre dejo hueco en el repertorio para un par de temas en solitario. Creo que en el directo se establece una conexión importante con el público y los temas transmiten mucho más. Para mí es la mejor parte de todo el proceso y la que más disfruto sin duda».
Foto © Pablo Vázquez
Con más diez años de trayectoria a espaldas, sin presión (¡ni pretensión!), ¿qué podemos esperar de Sanny a corto plazo?
Sanny: «Pues ahora mismo estoy trabajando en los temas que formarán parte de mi próximo trabajo, perfilándolos, componiendo cosas nuevas y dándole muchas vueltas a cómo quiero que suenen.
Por otra parte, estoy colaborando en otros proyectos. Uno de ellos es The Mighty Foxgloves, un trío de folk americano que conformamos Denis, Miguel Moldes (Doble M) y yo y del que sabréis próximamente. Del resto, aún no puedo decir nada, pero estoy aprendiendo y disfrutando mucho del proceso».
La última y nos vamos, ¿cuál sería tu colaboración soñada?
Sanny: «Puestas a soñar muchísimo, mentiría si no pusiera a Phoebe Bridgers encabezando la lista, seguida de Jeff Tweedy (Wilco).
A nivel nacional, me encantaría colaborar con Ángel Stanich, me encantan los temas que tiene con Nina (Morgan) y Zahara, además de ser muy fan de su música y sus letras».
En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendarías? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?
Sanny: «Pues, de nuevo, Mentah y también, Candy’s Freckles, Doble M, Gloria Pavía y Castillo».
Si abriésemos tu cuenta personal de Spotify, ¿qué escucharíamos? 100% Sinceridad, 0% Vergüenza
Sanny: «La verdad es que estoy siempre escuchando cosas nuevas, de hecho tengo una lista de reproducción en Spotify que voy actualizando cada poco. Estos días estoy con el último de Billie Eilish y St. Vincent. También, desde que salió hace unos meses, no paré con el Sadness as a Gift de Adrianne Lenker».