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STONED AT POMPEII: «EN ‘BLISSPHONY’ TODO ESTÁ AL SERVICIO DE LA MELODÍA»

STONED AT POMPEII: «EN ‘BLISSPHONY’ TODO ESTÁ AL SERVICIO DE LA MELODÍA»
4 NOVEMBER 2024

Varios músicos consolidados de la escena musical viguesa se juntaron hace ya más de una década con la intención de fusionar su diversidad de influencias y estilos, y sus diferentes personalidades, para así satisfacer —o al menos intentar— sus necesidades artísticas. No solo lo consiguieron, sino que su mezcla de rock psicodélico, metal y punk los llevó a firmar su debut discográfico con Warner Music. Compuesta por Adolfo FH (voz, guitarra), Antón «Piru» Fernández (bajo) y Cristian García (batería), STONED AT POMPEII es una banda que entiende el rock desde una perspectiva contemporánea, modernizando el género y adaptándolo al siglo XXI.

Alabados por crítica y público, sus sonidos frescos y melodías actuales, influenciadas a veces por estilos como el jazz o la electrónica llenan ya tres discos, el más reciente, Blissphony (2024), publicado a principios de octubre.

 

 

Foto © Ramón Vaquero

 

Hace más de una década que cuatro consolidados, y conocidos, músicos de la escena local viguesa se juntan para crear STONED AT POMPEII. ¿Cómo surge y con qué intención nace la banda?

Stoned at Pompeii: «La banda no se consolida hasta 2017. En los inicios surge como una forma de hacer algo juntos que con otros proyectos no podíamos; todo lo que queríamos crear, todo lo que queríamos ser y de manera natural, como si de un juego se tratase. Supongo que al surgir de una banda de rock ’n’ roll tiene que tener esa chispa de espontaneidad.

Con el tiempo, la cosa se va profesionalizando, pero seguimos procurando mantener esa frescura e ilusión del principio, sorprender y escapar de los clichés».

 

El nombre es un guiño a la película documental PinkFloyd: Live at Pompeii (1972), ¿por qué hacer referencia a una de las bandas más icónicas del rock del siglo XX en vuestro nombre?

SAP: «Pink Floyd fueron unos adelantados a su tiempo; ya desde sus inicios siempre tuvieron una asombrosa capacidad para reinventarse y traspasar los límites de la música, tanto sonora como visualmente. Salvando las distancias, nos gusta esa filosofía de desafiar lo preconcebido.

Como toda banda que empieza, las primeras jams fueron versiones, en concreto “Echoes”, la versión del Live At Pompeii de Pink Floyd, banda de la que somos todos fans; de ahí nace nuestro nombre, sin duda un nombre peculiar, no deja a nadie indiferente».

 

Foto © David Figueroa

 

Actualmente os presentáis en formato trío —Adolfo FH (voz, guitarra), Antón «Piru» Fernández (bajo) y Cristian García (batería)— los tres con amplia formación musical y, además, experiencia previa, e incluso paralela, en otros grupos. ¿Cómo confluyen vuestras influencias y experiencias particulares a la hora de conformar este nuevo proyecto?

SAP: «A nivel de imagen y el núcleo de la banda somos un trío, era lo más honesto, coherente y manejable, pero hay mucho más “detrás de lo que sale en las fotos”.

Paul Rodga sigue siendo parte de la banda y, desde Francia, está presente en las decisiones, en las labores de oficina y todo lo demás. En directo, según la ocasión, solemos mantener la formación de cuarteto y contamos con el irlandés Paul Clarke que está haciendo un gran trabajo. Nuestro técnico Kaze Maik también es un miembro más de la banda aunque no salga en las fotos... y así podríamos seguir. ¡A lo mejor un día nos presentamos como una big band [risas] ¿Somos un trío, un quinteto, un sexteto? Lo que está claro es que somos Stoned At Pompeii.

En cuanto a nuestras experiencias en otros proyectos, como las de toda esta gente que vamos sumando a la familia y al equipo, siempre son algo enriquecedor para la banda; de todo se aprende, y ese aprendizaje queda al servicio de Stoned At Pompeii».

 

 

Al hilo, de cuatro pasáis a ser tres, ¿de qué manera afectó este cambio en el banquillo a la dinámica de la banda?

SAP: «No afecta en mucho, más bien nos da la posibilidad de tener una formación más adaptable dependiendo de la circunstancia. Aunque ojalá nos pudiésemos permitir llevar siempre un equipo de 20 personas, pero no sería razonable, ni sostenible, de momento».

 

Somos conscientes de que el rock es un género amplísimo que a su vez engloba otros tantos subgéneros. Una de vuestras premisas como banda es la de «darle un nuevo enfoque al rock, modernizándolo y adaptándolo al siglo XXI». ¿En qué consiste esa nueva perspectiva? ¿Cómo describiríais el sonido de STONED AT POMPEII?

SAP: «Llevamos mamando rock de los 50, 60, 70, 80 y 90 toda la vida. Obviamente bebemos de ahí, pero hoy en día, y más en España que siempre va diez años por detrás aún con internet, ves muchísimos grupos haciendo música de otras décadas con la máxima de intentar imitar el son e incluso vistiéndose igual. Supongo que eso está guay para los nostálgicos y es algo perfectamente respetable, pero en nuestra visión (y debería ser la ambición de cualquier creador de lo que quiera que sea), está el intentar aportar algo nuevo o, por lo menos, más fresco, tanto en la sonoridad como en todo lo demás.

Tampoco se trata de reinventar la rueda, pero sí de tener una personalidad propia y actual, y no tener miedo a experimentar con las ventajas que nos pueda brindar la tecnología, la música electrónica o lo que sea. Sin mayores pretensiones.

El rock mismo está aburguesado... y todo lo que sea escapar de eso para nosotros bienvenido».

 

Foto © David Figueroa

 

Si os preguntamos por vuestras influencias, ¿a quién señalaríais? ¿Quién diríais que impacta, o impactó, vuestra música?

SAP: «La verdad es que todo nos influye, desde las guitarras surf de los 60, sintetizadores de los 80, bandas de los 90, música actual, etc.

Escuchamos desde Chet Baker a Black Keys, pero David Bowie, The Beatles, The Doors y Pink Floyd son bandas que adoramos. Como hay que mojarse, podemos decir que los Stone Temple Pilots siempre fueron una banda que estaba en las conversaciones cuando nos juntamos.

Pero, honestamente, escuchamos muchísima música y por eso también la nuestra es tan diversa».

 

 

 

Vuestro debut discográfico, Ancroidal (2017) viene de la mano de una major, Warner Music Spain. ¿Cómo llegáis a firmar vuestro primer álbum con una discográfica de este talle?

SAP: «Como todo, es cuestión de llamar a puertas y ofrecer algo diferente o que pueda suscitar algo de interés, supongo. De todas formas, no todo es color de rosa con cualquier major; hay que tener cuidado con el que se firma, que todo tiene sus luces y sus sombras. Por suerte, en ese aspecto ya teníamos cierta experiencia y no firmamos el primer contrato que pusieron sobre la mesa, por lo que pudimos optar por una contraoferta más sostenible.

Aun así, nos costó tiempo y esfuerzo conseguir la libertad discográfica para poder editar Blissphony como nosotros queríamos, y para poder ser dueños del 100% de nuestro trabajo y más coherentes con el mismo».

 

 

Por mucho que buscamos, no conseguimos encontrar que significa «ancroidal»... ¿Es un término inventado? ¿Cuál es su significado?

SAP: «“Ancroidal” es un término creado para darle nombre a la canción y también al disco. A veces, la creatividad no tiene que ser solamente en lo musical o lo visual; de hecho “blissphony” también es una palabra creada por nosotros, en este caso juntando las palabras “bliss” y “phony”.

Pero volviendo a “ancroidal”, este engloba el entorno actual del ser humano, sus decisiones, relaciones y su realidad. Digamos que la evolución es muchas veces involución, ya que la mayoría de nuestros problemas son creados por nuestra sociedad. Tiene un carácter existencial».

 

Foto © David Figueroa

 

“Ancroidal Pt. I” y “Ancroidal Pt. II”, como “Epic Fall” o “The Story Will Remain”, están entre los temas más melódicos y largos del LP. ¿Por qué dividir esta canción en dos partes, aunque unidas y sin solución de continuidad?

SAP: «Podría efectivamente ser un solo tema, pero la realidad es que la parte “II” es un desarrollo instrumental de la primera, totalmente independiente; para nosotros fluía mucho mejor de este modo. Y lo cierto es que en directo a veces solamente tocamos una de las partes».

 

 

Ancroidal os lanzó a países como Inglaterra, Francia, Alemania o Países Bajos. ¿Cómo recordáis estas fechas internacionales?

SAP: «Muy contentos, absorbiendo cada momento que vivíamos fuera y con ganas de volver. Girar fuera de nuestras fronteras con solvencia es muy complicado, el precio de la vida no para de subir y los beneficios de la música están estancados. Sin embargo, la experiencia merece la pena; el ver a alguien de otro país que no conoces cantando tus letras es la mayor satisfacción que puede tener una banda».

 

Pero es que, además, también fuisteis parte de festivales de renombre, como el Resurrection Fest 2018, reconocida cita para el público más hardcore, punk y metal de Europa. Lo de que «nadie es profeta en su tierra» no aplica en vuestro caso... ¿o sí?

SAP: «¡No tenemos queja! La acogida de nuestros conciertos sigue siendo muy buena y, por ejemplo, que podamos agotar entradas en nuestra ciudad y abrir otra fecha con tanta antelación siempre es algo para estar agradecidos, pero es cierto que seguimos teniendo cierta ambición en la medida de que sabemos dónde puede llegar la banda y todo lo que puede dar.

Tenemos muy claro que tenemos una muy buena carta en la mano con este disco, que es lo que queríamos, pero aprendemos a disfrutar del camino y del momento también».

 

 

 

Seis temas, de los once que conformaban el largo, fueron grabados en acústico y en directo en los estudios centrales de Warner Music Spain. Un trabajo que recogeríais en Live Streaming & Acoustic (2021). ¿Cómo fue «bajarle revoluciones» a estos temas para presentarlos en sus versiones más íntimas?

SAP: «Es otra faceta de la banda, algo que nos encanta hacer y seguiremos haciendo. Se trata de reconvertir los temas la otras sonoridades e instrumentaciones; es como una especie de ejercicio de personalidad de las propias canciones. Al final, si una canción es buena, debería poder sostenerse en su expresión más minimalista».

 

 

 

 

Acabáis de publicar vuestro nuevo disco, Blissphony (2024), un largo que llega después de tres años de trabajo. ¿Cómo nace, y se desarrolla, la idea de este álbum?

SAP: «La premisa en este disco fue: todo está al servicio de la melodía; las canciones están creadas desde la melodía y la labor de los acordes y de la sección rítmica es sostenerla. Desde un punto de vista minimalista, cada nota tiene que estar justificada y, si no, se elimina para alcanzar las mejores canciones posibles».

 

En el título del disco confluyen tres conceptos: la felicidad plena, el sonido o la voz, y lo falso o irreal. ¿Son estos el nexo común entre los once temas del disco? ¿Qué, o quién, los inspiró?

SAP: «Empezamos a trabajar en el disco en mitad de la pandemia, por lo que los tiempos oscuros y de incertidumbre están presentes en el álbum, pero desde el optimismo de ver la luz al final del túnel.

Cada canción es una historia diferente, temas inspirados en personas cercanas, en la sociedad, en el futuro, en el pasado. Se trata de un disco en el que puedes sentir, rabia, esperanza, inconformismo, belleza, energía o calma; cada canción es un estado de ánimo con el que esperamos los oyentes podan identificarse».

 

 

La portada, que parece había evocado una madonna renacentista, representa dos fuerzas: «el amor incondicional frente el miedo a hundirse». ¿De qué manera plasmáis esta confrontación en el disco?

SAP: «Queríamos una portada que, además de tener un trabajo visual y gráfico impactante, fuese algo evocadora. Lo curioso es que dependiendo de quien la vea puede suscitar diferentes sentimientos y puntos de vista; para algunos, las personas se hunden, para otros salen a flote... Nos gustaba la idea de hacer partícipe al público de esa interpretación del dualismo del disco, así como nos gusta que cada persona pueda tener su interpretación de cada una de las canciones y extrapolarla sus propias vivencias.

De algún modo invita el oyente a sumergirse en la profundidad de una obra que está llena de matices. Al final, en este disco hay un pequeño hilo de esperanza que se complementa tanto con la portada como con las canciones».

 

Como ya habíais hecho para vuestro primer trabajo, para la publicación de este largo contasteis con un micromecenazgo vía Verkami que, una vez más, conseguisteis con éxito. La situación, en general, cambió mucho desde esa primera campaña de 2017. ¿Esperabais tal apoyo?

SAP: «No contábamos con conseguirlo en tan poco tiempo; se consiguió más del 50% del objetivo en menos de 24 h y estamos enormemente agradecidos.

El crowdfunding es un arma de doble filo, pero también es algo que pone en valor empírico lo que haces. Aun así, lo principal para nosotros es hacer partícipes a gente de nuestra música, sino no tendría sentido».

 

Foto © David Figueroa

 

La crudeza del rock ‘n’ roll sigue reinando en Blissphony, pero, en esta ocasión, exploráis territorios sonoros más cercanos a los sesenta y los setenta. ¿Cómo definiríais la evolución de vuestro sonido hasta llegar aquí? ¿Viene para quedarse o seguiréis cruzando géneros y épocas?

SAP: «Es nuestro trabajo probablemente más variado en cuanto a sonoridad y estilística. Citando a Bowie “si te sientes 100% seguro en el área en la que estás trabajando, no estás en el área correcta, sumérgete siempre un poco más de lo que puedes hasta que no sientas tus pies tocar el suelo”.

Lo más excitante es hacer cosas nuevas; probar instrumentos que nunca habías probado, sonidos que no dominas, retarte como músico, como compositor; a veces, mirando al pasado y otras mirando el futuro, en este disco convergen ambas. Partiendo a priori de un concepto más vintage, pero desde un enfoque totalmente moderno, en la producción, en la temática, en el tratamiento de las canciones.

El futuro no sabemos qué deparará porque estamos en una evolución constante».

 

 

Ya desde los primeros adelantos —“The End of the Sun”, “My Tale with You”— apreciamos un mayor peso de la parte instrumental, pero sin quitarle protagonismo a las letras. En las canciones, ¿de qué forma balanceáis estos dos aspectos hasta alcanzar el equilibrio?

SAP: «Todo es importante; alcanzar la satisfacción plena es prácticamente imposible, pero sin duda en este trabajo quedamos lo más cerca posible. La letra es el mensaje, pero la forma en la que estás transmitiendo ese mensaje es, a veces, más importante. Cada letra está igual de trabajada que la música que la acompaña».

 

Foto © David Figueroa

 

El videoclip de “Little Game” está lleno de referencias cinematográficas (American Psycho, La Naranja Mecánica, etc.), ¿cómo surgió esta idea?

SAP: «La idea del vídeo de “Little Game” surgió de su director, Rubén Di Groovie. Teníamos claro que queríamos probar cosas diferentes y, en este caso hacer un vídeo de ficción, que no fuese el típico vídeo en el que salimos tocando. Nos gustó la idea de darle un argumento alternativo a la canción, una visión totalmente alejada del significado de la letra pero que fuera casi Tarantinesca.

Hemos trabajado con directores increíbles, y aun así, a día de hoy sigue costándonos mucho delegar, pero con Rubi compartimos amistad desde hace muchos años y también aficiones cinéfilas. Es una persona superminuciosa en el trabajo, por lo que sabíamos que estábamos en buenas manos. Además, se complementó con un equipo de lujo con Miriam P. Álvarez en la producción, Deirdre Canal como directora de fotografía y, por último, la colaboración de Alberto Porca como colorista».

 

 

En los directos siempre dejáis un hueco para la improvisación, ¿pero en el estudio? ¿Cuánto hay de improvisación? ¿Cómo fue el proceso creativo de este álbum?

SAP: «Es fascinante porque cada tema nace de forma diferente, pero también se improvisa en el estudio, con instrumentos, con estructuras, etc. El proceso creativo no es sencillo, porque tienes que tener la mente abierta en todos los sentidos en lo que estás haciendo, pero es la mejor manera de evadirte del mundo».

 

 

Blissphony está disponible tanto en formato digital como en formato físico en vinilo y CD. Aunque el formato físico, sobre todo el vinilo, está ganando terreno principalmente entre los melómanos más nostálgicos, es indudable que el consumo digital de la música es predominante. ¿Por qué, pues, seguir lanzando tiradas físicas y, en vuestro caso, cuidadas hasta el más mínimo detalle?

SAP: «Vivimos en una época en la que va todo muy rápido, demasiado rápido. Pero nosotros seguimos amando el disco, como concepto y como formato, sino todo invitaría a que sacásemos singles sueltos y ya. No es lo mismo tener un disco en las manos con una fabricación de calidad; su diseño, sus letras, sus detalles y sus canciones, que obedecen a una obra completa, que darle un clic a un botón en una plataforma en la que, de hecho, es probable que alguna gente ni siquiera lo escuche por orden y, a lo mejor en nuestro caso, no es algo aleatorio.

Obviamente no podemos pelear contra ciertas cosas y tenemos que adaptarnos a los tiempos, pero los discos en físico siguen siendo algo que para nosotros le dan un valor añadido muy importante a la música».

 

 

El concierto presentación de Blissphony es el viernes 8 de noviembre en la Sala Filomatic (A Coruña). ¿Cómo tenéis pensado llevar este nuevo disco a los escenarios?

SAP: «Efectivamente, lo primero son las presentaciones que empezaremos en A Coruña. Estamos trabajando bastante para adecuar técnicamente todo a la nueva producción del directo. Aunque todo está más cuidado vamos casi a contrarreloj y habrá cambios de formaciones en cada concierto, etc.

Lo cierto es que tenemos bastante dilema en lo que respecta a elegir qué temas irán dentro de cada concierto y cuáles se quedarán fuera de cada setlist, sobre todo en los conciertos de presentación, pero creemos que es algo bueno, ya que nos da cancha para hacer de cada concierto una experiencia diferente».

 

¿Cuándo, y dónde, seguirá la gira de Blissphony? ¿Qué podrá esperar el público de un concierto vuestro?

SAP: «Luego del concierto de A Coruña, lo más inmediato es continuar con las presentaciones, el 16 de noviembre en Lugo, sábado 23 en Vigo (donde ya están las entradas agotadas) y abrimos nueva fecha el viernes 22 de noviembre, y así seguiremos hasta finales de año. De momento, solo tuvimos que posponer la presentación en Madrid para marzo de 2025 que vendrá ya con la mayor parte de conciertos de la gira, festivales etc.

Los directos de Stoned At Pompeii siempre están llenos de energía, es un show con actitud, somos animales de escenario y eso no va a cambiar. Es cierto que con el tiempo procuramos prestarle todavía más atención a los detalles técnicos, subir el listón de la producción del directo, por lo que esperamos que esas novedades y el rodaje de la banda den sus frutos y todo sea aún más disfrutable para el público».

 

Foto © Pixelinphoto

 

Ya que algunos están con la cabeza puesta en la Navidad, nosotros nos vamos a adelantar todavía más, a la contratación para los conciertos de Castrelos 2025... ¿Qué canción de vuestro repertorio escogeríais para poner en pie al «templo» vigués?

SAP: «“Heels Are Made to Be Broken” un tema que fue nº 3 en MySpace en UK y con el que pudimos hacer una gira por Inglaterra, ¡pero que nos vale de sobra para tocar en Castrelos!».

 

En la actualidad, ¿qué artista o grupo gallego nos recomendaríais? ¿Algún favorito que deberíamos conocer?

SAP: «Podríamos nombrar a muchas. Por ejemplo, deciros MOURA, donde también milita nuestra amiga Belém Tajes; nos parece bastante original esa mezcla entre tradición gallega y rock psicodélico. Si no los habéis visto en directo, ¡son muy recomendables!».

 

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Adolfo: «Marvin Gaye, Four Tops y mucha música de la Motown, Bee Gees, Sex Pistols, Beatles, Bob Marley, The Doors, Black Rebel Motorcycle Club, Janes Addiction, Arctic Monkeys, Primal Scream, Oasis, John Williams (BSO), pero la última búsqueda es “Con C de Cuentos” para mi hijo.

Piru: «Pues de todo, desde Frank Carter & The Rattlesnakes pasando por Dennis Chambers hasta Julio Iglesias en la de lista Cristian [risos]... ¡si Cristian tuviese Spotify!».

 

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